Regreso a casa tras un maravilloso y cálido encuentro. Cena de ramalema y salmón, con buen vino y buena conversación. Recordándo me viene a la memoria una cita muy al caso de lo charlado:
Si los ricos no fuesen egoístas, no serían ricos, sino benefactores.
Si los poderosos no fuesen corruptos, no serían poderosos, sino servidores.
Y si los intelectuales y artistas no fueran demagogos ni ególatras, no serían intelectuales ni artistas, sino sabios.
Educar para la generosidad, el servicio, y la sabiduría, es hacer un mundo nuevo.
Buenas noches.
