sábado, 19 de septiembre de 2009

Para ayudar también debes prepararte

No quieras ser docto si no te preguntas por tu obrar, y si no intentas todos los días reconducirlo por el bien.

Del mismo modo no quieras hacer el bien sin instruirte, pensar y consultar cómo hacerlo, porque son incontables los errores y los perjuicios motivados, sin discernimiento, por buenas intenciones.